Emanuela Venturelli fasttermanu OnlyFans Profile - Free Posts, Photos, Videos, Nudes, Leaked

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@fasttermanu's Biography

Soy freak. Obsesivo-compulsiva. Cuando me meto en algo, me meto hasta el fondo. Cuando la lío, la lío pardísima.
NO todo sacrificio da sus frutos.
Aunque llegues a tenerlo CASI todo, puedes ser infeliz porque sólo piensas en lo que no has conseguido.
A veces, luchar NO es suficiente para alcanzar tus sueños.
Claro que puedes conseguir que un sueño se haga realidad! Y también darte cuenta luego de que tampoco era gran cosa.
SIEMPRE hay alguien mejor que tú
La vida puede ser muy aburrida, y también muy jodida.
El motto “anything is possible” es el timo más grande de la historia
Los que practicamos larga distancia no somos héroes, ni mucho menos sobrehumanos. Sólo unos infelices que actúan guiados por su ego, unos payasos tristes que animan el gran Circo de los Fracasados
Hay gente que sólo ha venido al mundo para generar atascos en las autopistas (y en tu carril en la piscina)
Hacer trampa es de miserables
Live and let die

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TEMPORADA 2021

Premisa: Tengo MUCHAS, MUUUCHAS ganas de volver a ponerme dorsal en Ironman.
La gran cuestión. Hace unas semanas recibí una inesperada noticia: la próxima temporada, después de muchos años, por fin volverá a celebrarse el Ironman Mallorca.
💣 💥 BOOM: 15 de mayo 2021.

Pero hay un problema: mi calendario ya está prácticamente decidido, y con todas las carreras que se han aplazado desde el 2020, la situación es la siguiente:

2 May. 2021: Ironman 70.3 Jesolo - Italia 🇮🇹. (Preparación para Brasil)
30 May. 2021: Ironman Florianòpolis - Brasil 🇧🇷. (OBJETIVO PRINCIPAL DE LA TEMPORADA, romper el muro de las 10h #breaking10🧱)
19 Sep. 2021: Ironman 70.3 Emilia Romagna -Italia 🇮🇹 (Posibilidad de clasificarme para el mundial 70.3 de 2022)
9 Oct. 2021: 🙏🤐🤞🏽 🌺 (---) (Depende de lo que pase en Brasil 😅)
24 Oct. 2021: Ironman 70.3 Sardegna - Italia 🇮🇹 (Uníco objetivo, disfrutar)

Qué hacer? Son muchas las opciones que se me ocurren:
1) Pasar olímpicamente del nuevo Ironman que se disputa en la isla de mis sueños, que ahora se ha transformado en mi casa.
2) Meterlo con calzador en el calendario actual, es decir 15 días después de un medio IM e 15 días antes de otro full (que, además, es mi objetivo principal del 2021).
3) Renunciar a IM Brasil y cambiarlo por IM Mallorca.

Cada una de las tres opciones presenta sus pros y sus contras.
1) Imposible no comerme la cabeza: quiero participar. Es cierto que habrá otro Ironman Mallorca en 2022, 2023, pero... dónde estaré yo? "No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy...".
2) Me apetece competir en casa; conozco a la perfección el recorrido, aunque quizás el track de la bici no es el que más me favorece y seguro que aquí no podría conseguir plaza para Kona. También es cierto que tendría mucho público animándome en la maratón (espero 😅). Además... sólo me gastaría el dinero de la inscripción, porque no tendría que viajar ni pagar hotel.
Pero es 15 días antes de Brasil; si lo hago... puedo decirles adiós a mis sueños de gloria en Brasil. Dicen que "Quien no arriesga no gana" pero también "Quién mucho abarca poco aprieta"... Aquí la sabiduría popular da indicaciones contradictorias 🙄.
3) El recorrido de IM Brasil es el que más se adapta a mis características. Si quiero bajar de las 10h en un Ironman, ese es el momento y el lugar; pero tendría que llegar en condiciones perfectas y, sobre todo, descansada.
Después de haber estado en Australia, Brasil es el segundo país que más deseo visitar desde hace MUCHO tiempo (incluso hubo una época de mi vida en la que me estuve planteando irme a vivir allí).

Creo que si me hubiera encontrado en esta situación hace dos años, ni siquiera me hubiera parado a pensar... me hubiera inscrito A TODO sin dudarlo.
No sé si es la edad (o las lesiones que se van acumulando😂) pero últimamente empiezo a pensar que el secreto para aprovechar al máximo "el momento", ese famoso AHORA del que ya he hablado anteriormente, está también en que ese momento sea especial por algún motivo. La estrategia de "cuantas más carreras, mejor" me ha funcionado durante una época, para conseguir bajar un poco la presión que la competición trae consigo. Es lo que bueno del método de diversificación del riesgo: cuando pierdes, no te afecta mucho. Si te las juegas todas a una, en cambio, estás arriesgando mucho más; también si ganas, ganas mucho más... ☄️🎉

Después de darles 64.860.352 vueltas, la decisión está tomada.
Este año disfrutaré del Ironman Mallorca como espectadora; pero solo por la tarde, una vez terminados mis entrenos para Brasil 😇.

#BRASILQUEVOY #BREAKING10🧱

“SOBRE ALEX ZANARDI; EL SELFIE QUE NUNCA ME TOMÉ”.

Mallorca, 30 de Octubre de 2020
No tiene ningún sentido. Mi intención era escribir una bonita crónica sobre mi reciente participación en el half ultraman de Valencia, el KOA Distance 2020.
Sin embargo, por alguna extraña razón, hace unos días que mi mente está atrapada en uno de los bucles obsesivo-compulsivos en los que a veces caigo sin remedio. No tiene nada que ver con Koa, aunque el detonante es una de las fotos tomadas por la organización durante la carrera. Es una instantánea de la mañana del tercer día de competición, en el momento de la salida de la maratón. Me entretengo a mirar mi perfil en la foto en cuestión: estoy con los músculos en tensión, inclinada hacia delante dando el primer paso, buscando el botón del Garmin para activar el crono.
Ya han pasado varios días desde la prueba; a pesar de eso, vuelvo a repasar la foto una y otra vez. Mientras observo mis piernas me pasa por la cabeza todo tipo de auto-críticas, típicas de cualquier mujer (vamos, clásicos pensamientos bipolares 😂): “Qué gorda estoy… no no, estoy genial… lo que estoy es fuerte… uhmm, quizás me sobran un par de kilos... cómo se nota que esta temporada no me he saltado ninguna sesión de gym… piernacas, eh?!?… pero si hubiera llegado a la carrera un poco más finita… Qué va, si mi fuerza está en mis piernas!!”. Casi en seguida, mis estúpidas paranoias de pibonéxica/vigoréxica se esfuman para dar paso a otra imagen que no me he podido quitar de la cabeza durante los últimos meses: el verdadero bucle en el que estoy atrapada es otro. “Mi fuerza está en mis piernas, mi fuerza está en mis piernas”. Parece un mantra casi perfecto para la auto-motivación de una triatleta amateur de cuestionable nivel, pero mi mente navega mucho más allá, y la corriente me lleva inevitablemente hacia el hoyo: “Y si… si les llegara a pasar algo a mis piernas?!”.
Boom 💣

🌀
Alessandro Zanardi.
Google, Wikipedia y sobre todo Youtube os pueden especificar todos los detalles sobre su biografía. Mi manera de resumir brevemente su persona es: héroe nacional.
Famoso piloto de Formula 1 en los años '90, su emocionante vida da un giro inesperado el día 15 de septiembre de 2001, cuando sufre un terrible accidente.
Tenemos aproximadamente 6 litros de sangre en nuestro cuerpo: ese fatídico día, son 5 los litros que se derraman en el asfalto del circuito de Lausitz (Alemania). Los médicos se ven obligados a tomar una difícil decisión: para intentar salvarle la vida, hay que amputarle ambas piernas. Contra todo pronóstico, Alex sobrevive, pero ahora tiene que echar cuentas con su nueva condición.
Lejos de dejarse llevar por la desesperación, el piloto aprende en tiempo record a utilizar unas prótesis; tan sólo unas semanas después del accidente, se presenta en un programa de televisión para recoger un premio que le entrega el mismísimo Don Michael Schumacher. Sonriendo, Alex saluda el público y declara: “Estoy tan emocionado que me tiemblan las piernas”. Millones de italianos ríen y lloran a la vez, frente a la pantalla; el público en platea le brinda una standing ovation memorable. Todo el mundo aplaude, pero no saben que el verdadero espectáculo aún no ha empezado: lo que hará que Alex Zanardi pase a la historia, nadie lo puede imaginar.
Pasan los años, nuestro protagonista hace lo posible para volver a su “vida normal”: se hace instalar unos mandos especiales en el volante y sigue con las carreras de coches. Empieza a practicar hand-bike. Maratón de Nova York, Mundial de Para-Ciclismo, Para-Olimpiadas en Londres y Río… Alex siempre vuelve a casa con alguna medalla. Parece extraordinario pero, desde mi punto de vista, también tiene una explicación lógica: al fin y al cabo, siempre ha sido un atleta y sin duda la competitividad es una de las cualidades que le caracterizan.
Ahora bien, digo yo: qué puede hacer cualquier persona “normal” a la que le sobra tiempo y no le falta dinero? El salto al Ironman es muy natural en el caso de Alex 😂.

🔙
Cervia (Italia), 21 y 22 de Septiembre, 2019.
Ironman e Ironman 70.3 se disputan en el mismo fin de semana, sábado y domingo respectivamente. Yo participo en el half, el domingo; Alex en los dos. El domingo por la mañana, poco antes de la salida, le veo en boxes mientras prepara su material. Está pletórico, el día anterior consiguió el record mundial de Ironman en silla de ruedas: si está cansado, lo disimula muy bien. Sonríe y accede a tomarse fotos con todos los participantes, que no le dejan en paz un segundo. Está sentado en el suelo; entre una foto y otra revisa su bici, se asegura que los bidones, el casco y el resto del material estén en su sitio. Hay cola para hacerse un selfie con él; yo ya tengo todo mi material listo, así que me pongo pacientemente a esperar mi turno. Me fijo en sus movimientos y le oigo mientras conversa amablemente con los demás participantes. Desprende alegría y tranquilidad. A su alrededor también hay otros chicos en sillas de ruedas, más jóvenes; les va dando indicaciones y recordatorios sobre lo que tienen que hacer. Actúa como si fuera su entrenador. Me resulta muy sorprendente, ya que él también va a competir en la carrera; incluso me pregunto si van a participar juntos en modalidad de relevos, porque él parece casi más pendiente de los demás que de sí mismo (meses después me entero de que es fundador y promotor de un equipo paralímpico, y que se trataba de sus pupilos).
No es super guapo, pero me resulta extremadamente atractivo por su mirada y la confianza en sí mismo que transmite.
Empiezo a ponerme un poco nerviosa, me siento como una quinceañera atontada, que espera a su idolo para pedirle un autógrafo después de un concierto. De repente, la idea de hacerme un selfie con él ya no me parece tan necesaria. "Qué le voy a decir? En serio le quiero molestar AHORA? Vamos a competir en un medio ironman dentro de pocos minutos, y bastante lío tiene montado aquí este señor, como para que encima llegue yo a darle por saco.” Me salgo de la cola, vuelvo a acercarme a los amigos con los que había venido. Devoro una barrita energética, miro para atrás y me arrepiento de haberme ido. Repito el proceso. Vuelvo a la cola para la foto. Siento vergüenza. Vuelvo a arrepentirme de estar en la cola 🙄. Marcho SIN la dichosa foto. Seguro que habrá otro MOMENTO más oportuno; en una carrera u otra, SEGURO que volveremos a coincidir.

🗞
Mallorca, 19 de Junio, 2020.
La noticia me llega a través de las redes sociales: otro accidente, esta vez en la hand-bike, mientras participaba en un evento solidario que su equipo estaba promocionando. Arrollado por un camión, está en estado crítico: no doy crédito. La realidad supera la imaginación; y una vez más, es muy injusta. A quién le parece “justo" que a alguien le toque la lotería dos veces? Creo que ni siquiera al que le toca, por muchos boletos que haya comprado. Es casi automático: visualizo ese selfie que NO me tomé un año atrás en Cervia. Entro en BUCLE. Lógicamente, lo de la foto, en sí, es una tontería; pero “curiosamente” suma otro punto en el contador de las innumerables veces que me arrepiento más por las cosas que no he hecho que por las que sí he intentado y quizás me han salido mal.

🔮
Mallorca, 31 de Octubre, 2020.
Me gustaría tener un carácter optimista, creerme de verdad que todo va a ir bien y que algún día conseguiré por fin hacerme una foto con mi ídolo. No soy así. Mi mente es tan retorcida que incluso tiene preparado otro desenlace: “Es posible que él se recupere y vuelva a competir, pero yo… a ver si entonces voy a ser yo la ganadora del siguiente boleto de la mala suerte?”. Volvemos al bucle, a la pregunta inicial de la historia: “Y si…?!”.
¡Qué equivocada estaba cuando pensaba que SEGURO se presentaría otro momento más oportuno, el momento adecuado, el momento perfecto! Sólo una cosa es segura: el MOMENTO, perfecto o no, fue ese amanecer de septiembre en Cervia; yo lo dejé escapar y nunca volverá.

Robé la foto de Koa Distance para presumir de mi mantra sobre la fuerza de mis piernas.
Con permiso de la organización, también les tomaré prestado su mantra, mucho más potente que el mío:
“AHORA. SÉ VALIENTE”.

CURRICULUM DEPORTIVO

2020 #fuckCOVID

9-10-11 Octubre: Koa Distance Half Ultraman Valencia 🇪🇸 1ª Fem. 13h03'50"

2019

1 Febrero: Ironman 70.3 Dubai 🇸🇩—> 3a AG 40-44 (Clasificada para el Mundial Ironman 70.3 en Niza 7 Septiembre 2019
5 Mayo: Ironman Australia 🇦🇺—> 6a AG 40-44
28 Julio: Ironman Hamburgo 🇩🇪 —> 8a AG 40-44
7 Septiembre: Ironman 70.3 World Championship Niza 🇫🇷
22 Septiembre: Ironman 70.3 Italia 🇮🇹 —> 2a AG 40-44
07 Diciembre: Ironman 70.3 Bahrain 🇧🇭 —>4ª AG 40-44
2018

20 Mayo: Ironman 70.3 Barcelona 🇪🇸—>1ª AG 35-39 (Clasificada para el Mundial Ironman 70.3 en South Africa 1 Septiembre 2018)
12 Mayo: Ironman 70.3 Mallorca 🇪🇸—> 7ª AG 35-39 (Clasificada para el Mundial Ironman 70.3)
28 Abril Cicloturista Mallorca 312 🇪🇸—> 17ª General femenina, 312 km, 11h51’
15 Abril: Ironman South Africa 🇿🇦—> 7ª AG 35-39
8 Abril: Doble Olímpico Terres de L’Ebre 🇪🇸—> 5ª General Femenina
29 Julio: Ironman Zurich, Suiza 🇨🇭—> 4ª AG 35-39
1 Septiembre: World Championship Ironman 70.3 South Africa 🇿🇦 23ª AG 35-39
7 Octubre: Ironman Barcelona 🇪🇸—> 3ª AG 35-39
2017

14 Octubre: World Championship Kona, Hawai’i 🇺🇸🌺—> 41ª AG 35-39
Ganadora Absoluta Femenina de las series Tricircuit de Catalunya
17 Septiembre: Sprint Sant Pol de Mar (Tricircuit) 🇪🇸—> 5ª General Femenina
09 Septiembre: Olímpico Tossa de Mar (Tricircuit)🇪🇸—> 1ª General Femenina
18 Agosto: Ironman Kalmar, Suecia🇸🇪—> 2ª AG 35-39 (Clasificada para el Mundial Ironman en Kona, Hawai’i), 10ª General Femenina
28 Mayo: Challenge Salou 🇪🇸—> 2ª Cat, 17ª General Femenina
23 Abril: Cicloturista Gran Fondo Barcelona 🇪🇸—> 2ª General Femenina
9 Abril: Short Deltebre (Tricircuit)🇪🇸 —> 4ª Cat, 5ª General Femenina
8 Abril: Olímpico Deltebre (Tricircuit) 🇪🇸—> 1ª Cat, 2ª General Femenina

LA MALDICIÓN DE KONA
8 MARZO, 2020
ES EL CAMPEONATO DEL MUNDO DE IRONMAN

Tiene lugar, cada año, en la segunda semana de Octobre en Kona, The Big Island, Hawai’i. Es el equivalente a la Final de la Champions, el Wimbledon del Triatlón, la Noche de los Oscars para los atletas de larga distancia.

ES EL MÍTICO CAMPEONATO DEL MUNDO DE IRONMAN

Si trabajas en una multinacional de las modernas y “guais”🙄, seguramente lo hayas visto en algún video motivacional sobre superación personal y gilipolleces varias que, de tanto en cuando, los jefes te obligan a mirar durante el horario laboral. Si te gusta el deporte, habrás oído hablar de ello. Si empezaste hace poco a practicar triatlón, algún compañero, más experto y fanático que tú, te habrá iluminado hablándote de “Kona, la Meca del Triatlón”; posiblemente conozcas algún afortunado-elegido que haya tenido la oportunidad de participar en la gran carrera. Si has finalizado un Ironman, seguramente hayas soñado con participar tú mism@ en el de Hawai’i: después de todo, cuando abrazas la nueva religión, es inevitable preguntarte si la llamada del Señor Ironman puede ser para tí también. Te entregas en cuerpo y alma a la causa, llegas a sacrificar lo insacrificable para clasificarte entre los mejores y conseguir tu pase, el famosísimo “slot”, la ansiada monedita que, símbolicamente, te permite participar en la carrera: irónicamente, el simbolismo es muy acertado, visto el importe (económico y no sólo) que llega a costar toda la movida.


Como para todo el mundo, conseguir la clasificación fue la combinación de varios factores, muchos astros que se alinearon en mi favor; pero, para resumir, creo que no es equivocado afirmar que fui a parar al lugar correcto en el momento adecuado. Y os aseguro que no miento, cuando afirmo que en ningún momento pasó por mi cabeza que podía ser capaz de clasificarme para el Mundial. Todo el berenjenal ocurrió en mi PRIMER Ironman: Kalmar (Suecia), en agosto de 2017. Me presenté en la línea de salida con una lesión y con pocas esperanzas, dudando incluso si podría acabarlo. Quizás esa fue la clave de todo: cero expectativas, poca presión –> mucha diversión y de regalo una segunda posición en mi grupo de edad (35-39, bendita joventud).


No tiene desperdicio mi careto en el video de la slot allocation en Kalmar, Suecia, mirad aquí: https://youtu.be/KlpgTDb3R_0

ES EL MALDITO CAMPEONATO DEL MUNDO DE IRONMAN

El motivo por el que yo, acérrima enemiga de los tatuajes, acabé haciéndome uno, con la fecha “October 14th, 2017” y la silueta de las Islas Hawai’i en la espalda 🤦🏽‍♀️. ¿Existe humillación más grande a la que someter tu cuerpo, que estropearlo con un cutre tattoo Made in Hawai’i? But oh yeah, I’ve got Kona under my skin... Como si me hiciera falta un garabato en el trasero para recordar uno de los días más importantes de mi vida.

ES EL JODIDO CAMPEONATO DEL MUNDO DE IRONMAN

La carrera más importante del circuito Ironman. ¿O quizás debería decir “circo”? En mi opinión, NO es la más dura por recorrido (Lanzarote le supera, creo); sin embargo, los días de viento y humedad pueden transformar la isla en un auténtico infierno. Los paisajes de Hawai’i son, por decir poco, espectaculares: el track pasa por enormes y salvajes campos de lava, playas paradisíacas y toboganes de asfalto que se antojan ardientes bajo los pneumáticos de las carísimas bicis de contrarreloj que visitan la isla por estas fechas. No por casualidad, los boxes de la T1 de Kona han sido definidos en varias ocasiones como “La parcela más cara en $/m2 del planeta”. Eso sí, hay que reconocer que la organización no escatima en cuanto a atención hacia los participantes: los banquetes pre i post-competición son memorables, los avituallamientos durante la carrera completos y abundantes, la cantidad de voluntarios “a disposición” de los corredores es prácticamente de 1:1, el servicio de taller mecánico en carrera es rápido y eficaz (comprobado por experiencia personal: en el 140km de la bici tuve la mala suerte de romper la patilla del cambio, y estos señores tardaron menos de 12′ en llegar y resolver la incidencia).

ES EL ANHELADO CAMPEONATO DEL MUNDO DE IRONMAN


El momento que siempre quedará grabado en mi retina fue alrededor del 25km de la maratón: la bajada desde la Queen K (la autopista principal) hacia el temido Energy Lab, con los colores del atardecer y la puesta del sol frente al mar, las palmeras con sus hojas constantemente movidas por el viento. En ese momento sentí algo que no sé cómo describir: me sentí en paz conmigo misma. LLoré de felicidad. Sentí lo que es “estar en la zona”.

Video de la llegada a meta: https://youtu.be/npHkhza3cdA

ES EL CODICIADO CAMPEONATO DEL MUNDO DE IRONMAN

En el fondo, un timo colosal: un negocio, un business creado por una empresa que seduce a miles de personas cada año para que destinen una parte importante de su presupuesto familiar en garantizar la rentabilidad económica de la secta. Si no os lo creéis, buscad información en google sobre Wanda, el grupo chino que ha comprado la marca Ironman por 675 millones de papelitos verdes.

Todo el mundo quiere ir.

YO… ESTOY OBSESIONADA POR VOLVER.

IRONMAN 70.3 BAHRAIN 2019 – PARTE 2: HORMONAS
15 DICIEMBRE, 2019
Bahrain, Sábado 7 de diciembre 2019.

(n.d.a.: todos las conversaciones conmigo misma están en cursivas)

El despertador suena a las 3:55 am hora local (00:55 am hora española). “Dios, qué no me baje la regla, por favor, qué no me baje ahora”; mi primer pensamiento del día, al fin y al cabo, viene a ser justo lo que no quise hacer anoche: rezar. Sonrío divertida. Me levanto con calma, tengo tiempo de sobras para desayunar y llegar a la zona de boxes para revisar el material. La carrera no empieza hasta las 6:30 am, pero me gusta despertarme pronto para comer mucho y tener tiempo de hacer la digestión. El desayuno del hotel no ofrece lo que necesito, tengo que improvisar un poco y no me quedo muy satisfecha. Los 4 cafés que me tomo para estimular mis entrañas no surten ningún efecto: mi barriga no despierta. Seguramente la diferencia de horario no ayuda.

En el hall del hotel me cruzo con Jodie Stimpson, una de las favoritas para el pódium en categoría PRO (finalmente terminará en segunda posición); el día anterior también me la encontré y estuve hablando un rato con ella. Es una persona muy abierta y agradable, pero en este momento decido dejarla en paz; después de todo, para ella se trata de trabajo y seguro que ahora mismo no le apetece hablar. La verdad es que a mí… aún menos, así que paso de largo y me dirijo hacia la zona de carrera.

En los minutos previos al pistoletazo de salida, siempre me pasa lo mismo: me tranquilizo completamente y vivo la situación como si todo esto no fuera conmigo. Sé que es bastante absurdo, pero ver cómo los demás atletas se ponen nerviosos, me calma y me divierte. También me pasa fuera del deporte: en el trabajo y en el día a día, en los momentos delicados o tensos, no soporto que los demás estén calmados: me pone histérica. En cambio, ver que los demás se alteran, de alguna manera me relaja y me da auto-confianza.

SWIM. Objetivamente, debería estar preocupada porque en los últimos meses he nadado poquísimo y mis marcas en los entrenos son incluso peores que las del año pasado. Sé que no tengo opción de conseguir buen parcial en la natación: hoy la duda está entre si lo haré mal o muy mal.

La salida de la natación es tranquila; no hay oleaje y el agua está limpia. Como siempre, enseguida empiezan las conversaciones conmigo misma, que durarán toda la carrera. “¿Podrías haber entrenado un poquito más, verdad, guapetona?”. “Ejem, pues la verdad es que no. Llevo meses levantándome a las 5,30 cada día de lunes a viernes, y los findes a las 6. Y no hago más que trabajar; así que la respuesta es NO, no podía haber hecho más”. “Lo que no paras de hacer es quejarte. Y eso no te va a hacer más rápida”. “¿Y qué quieres que haga? Estoy agotada.” “Mmm, no sé… dejarte de gilipolleces, por ejemplo? Si hay algo que no te gusta, o lo cambias o te callas” “Sí, claro, como si fuera tan fácil. Calla tú, y mira a dónde vas, ¡que no estás para nadar más metros!”

Los 1900m me resultan muy agradables e incluso el recorrido se me hace corto; estamos nadando en una especie de bahía artificial, completamente rodeados por rascacielos. Voy mirando el “paisaje” y me entretengo pensando en lo curioso que resulta nadar en lo que parece una enorme piscina descubierta, con edificios enormes por todos los lados. Al salir del agua, empiezo a notar que mi barriga se está despertando. Hago caso omiso. Miro el reloj y constato que mis peores previsiones se han hecho realidad: 34’ largos. Drama.

“Ya me creo que se te ha hecho agradable… más lenta no podías ir, ¿no?”. “Oye, ¡qué te den!” “Manu, calma. Ya sabías que esto iba a pasar. La carrera para ti empieza ahora, así que no te rayes y céntrate en lo que viene”. “Joder, tan pronto por la mañana y ya voy tarde”. “Tranqui, tranquiiiii. ¡Candelita y a pillar gente ahora!”. “Que no, que no… El tiempo perdido no se recupera, así que tampoco te pases ahora en la bici”. “Venga, a repartir hostias como panes”. Calculo que la primera chica de mi categoría me debe haber sacado 5 ó 6 minutos, como mínimo. Empiezo a hacer cábalas: quizás sea posible acercarme a las primeras, pero si aprieto demasiado en la bici, el riesgo de “petar” en el run sube.

BIKE. No me siento físicamente preparada para arriesgar. Decido empezar tranquila y dejar de perseguir a nadie; incluso en la transición voy muy lenta para evitar que las pulsaciones suban más de la cuenta. Los primeros 10 km en la bici transcurren, como casi siempre en mi caso, adelantando a gente que ha sido más rápida en la natación, pero que no tiene mi ritmo en la bici. Todo procede sin sorpresas. Es muy pronto por la mañana, aún no hace calor, pero está claro que la temperatura va a subir en breve.

Pensamientos random me pasan por la cabeza. “Manu, tienes que beber; es super importante que te hidrates bien desde el principio”…“El tío del aeropuerto! La madre que lo parió, cerdo cabrón!”…“Manu, no pienses en ese hombre, déjalo para luego. En el run te va a ser más útil”… “Atención! Aquí hay mucha gente, ten cuidado con no hacer drafting”… “Menudo imbécil, el tío del aeropuerto”… “¿Sabes qué? Ahora mismo me apetecería un buen polvo. Ufff”… Automáticamente, bajo la cabeza y empujo los pedales con un poco más de fuerza. Dejo de pensar durante algún minuto. Me pongo en ritmo crucero; las piernas responden bien. “Después de todo, puede que hoy no sea un mal día”. Solo me adelanta algún tío de tanto en cuando.

Sobre el km 15, de repente, me adelanta una chica asiática; es pequeñita y delgada, grupo de edad 25-29. “Shit! Cómo tira, la niñata!”. No dejo que se vaya, me mantengo un ratito detrás, teniendo cuidado con no meterme en zona drafting. Después de un avituallamiento, la adelanto; ella me mira y me anima: “Hey, Good job!”. Le hago un thumbs-up y voy tirando, pero me doy cuenta de que no pierde mi estela. De repente, nos alcanza una grupeta de unos 10 tíos que nos adelantan haciendo drafting entre ellos. La chiquilla se pone a mi lado y sacudiendo la cabeza, me dice “Look at those guys! It is unacceptable!” Me río y contesto irónicamente “Yeah, it seems the highway is a bit crowded today!”. Nos vamos adelantando unas cuantas veces; me sorprende que, siendo tan joven, esté tan fuerte y tenga tanto carácter: me cae bien.

Km 35. No tengo la sensación de haber bajado el ritmo, pero desde el km 35, la jovencita de Malasia va apretando y le pierdo el rastro. “No te rayes, Manu, es de otro grupo de edad. Deja que se vaya, no te metas en batallas inútiles”. Voy a lo mío. Intento no mirar el reloj porque me condiciona mucho saber a qué velocidad/potencia/pulsaciones voy. Por sensaciones, creo que estoy yendo a buen ritmo, pero a la vez dosificando. Hasta que la curiosidad me puede: miro el reloj y lo que veo no me gusta nada: 165 watts. Mi evaluación de la situación es inmediata: “Vaya mierda!”… “Joder, cómo puede ser, sólo 165?!?! Vaya desastre.” … “165 watts? No puede ser, no puede seeeer!” Entro en bucle y al cabo de un minuto vuelvo a mirar el reloj: 195 watts. “No entiendo nada”. “Manu, déjate de gilipolleces o vas a morir en el run”. Decido no volver a mirar el reloj. “Vaffanculo”… “Tranquila, tranquilaaa”. “Ufff, qué calor hace en este país”. Mi barriga se remueve un poco; tengo ganas de ir al baño.

KM 50. Ya está, no quiero volver a mirar el reloj. “Manu, no mires”. “Decidido, ¡no hay más que hablar!” … “Bueno, a lo mejor una o dos veces puedo echar un vistazo, justo para asegurar que no me pase de pulsaciones” … “No, no, mejor que no” … “Ok”… “Pero no entiendo… antes iba a 165w o a 195w? Ufff, ya no sé”… “Pero… Ni cuando estés corriendo puedes mirar ehhh”. El recorrido nos lleva hasta el famoso circuito de Fórmula 1, al que hay que dar una vuelta. Enseguida tengo flashes de los varios circuitos donde he estado anteriormente. Montmeló es el primero que me viene a la mente: ahí he estado rodando muchas veces, tanto en bici como en moto. Recuerdo, como si fuera ayer, el día en que toqué rodilla por primera vez con mi Yamaha FZ1, y también cuando me caí en la grava después de “hacer un recto” espectacular. Pienso en los días de motos en Castellolí, Alcarrás… ¡qué recuerdos fantásticos! ¡Vaya subidón me entra ahora! Estoy segura de que, sin querer, estoy acelerando. Levanto la mirada y analizo todo: las gradas vacías, las curvas, el asfalto. Sin duda, el circuito de Bahrain, más que de motos, es para coches. De repente, me siento minúscula en medio de todo ese espacio que se me antoja enorme, sobrecogedor. Me siento sola, me siento pequeña. Pedaleo con fuerza, acelero y acelero (creo). “¡Papá, papá!” Bajo la mirada y, sin aviso previo, me echo a llorar. Pero ojo, no son unas lagrimitas discretas, detrás de la visera del casco… no, no… estallo en un llanto desesperado, con sollozos incluidos. Y no paro de llorar ni de pedalear. Respiro con dificultad mientras sigo llorando. Miro el reloj y pienso que ahora sí que es un desastre: 202 watts, 41,5km/h, 166 pulsaciones. “Manu, vas a morir en breve”. “Sin duda”. Pero mis piernas siguen a su rollo; no me siento cansada, más bien no siento nada. No he dejado de hidratarme y alimentarme bien todo el tiempo. “Mañana tengo que acordarme de decirle a Sandra que la nueva marca de nutrición va muy bien”.

Km 60. Aún disfrutando del subidón del circuito, alcanzo un atleta sudafricano que se llama Baden (“Qué nombre más raro, nunca lo había oído”). Mientras le voy adelantando, me giro hacia él; tiene barba de color castaño claro, está delgado pero fibrado. Lleva casco con visera integrada y no puedo verle los ojos, pero imagino que debe tener una mirada muy profunda; me parece muy atractivo. “Ay Baden, si estuviéramos en una discoteca, serías el afortunado ganador del premio de esta noche. Pero va a ser que no… estamos en medio del desierto y el sol empieza a pegar de lo lindo, así que apártate, ¡mediocre!”. Termino de pegar el hachazo y me voy.

Km 70. Sigo de subidón y veo que estoy alcanzando a dos chicas. “Uh-la-la-laaa

IRONMAN 70.3 BAHRAIN – PARTE 1: “MIL Y UNA COSAS PUEDEN PASAR”.
7 DICIEMBRE, 2019
VIAJAR ME FASCINA. Normalmente elijo las carreras en función de los sitios que quiero visitar; por eso no me gusta repetir, siempre me invento un nuevo destino para tachar de mi lista. Esta vez toca un largo viaje al Reino de Bahrain: 2 vuelos, con escala en Dubai, por un total de 14 horas desde Barcelona. El aeropuerto de Dubai responde perfectamente a la definición de “internacional”: es un punto de conexión entre las principales destinaciones de Europa y Oriente, Oceanía, incluso África. Ya he estado aquí otras veces, haciendo escala para ir a diferentes países, y también en ocasión del Ironman 70.3 en febrero. Hay personas de todas las razas, se ven tonos de piel de todos los matices. Es uno de los pocos momentos del viaje en que me quito los cascos, me pongo a observar los viajeros que se mueven en todas las direcciones y sobre todo a escuchar atentamente sus conversaciones; me encanta intentar averiguar sus nacionalidades y descifrar los diferentes idiomas. ¡Cuánto me gustaría hablarlos todos!

Estoy en la cola del control de seguridad, preparada para pasar la mochila en la cinta y coger mi segundo vuelo, cuando llega un tío por detrás y descaradamente se me cuela, casi empujándome. A lo largo del viaje me volverá a pasar en más ocasiones… me pregunto si aquí es práctica común ignorar y pisar a las mujeres. Normalmente, durante mis viajes, me esfuerzo por adaptarme a las costumbres locales, pero esta no me gusta nada. No tardo ni un segundo en sulfurarme; en voz alta, le digo: “Hey, what do you think you are doing?” y me vuelvo a plantar delante de él. El tío se queda absolutamente desconcertado, no debe estar acostumbrado a reacciones de este tipo por parte de una mujer. Miro con ira hacia el hombre de seguridad, que está justo enfrente de nosotros y lo ha visto todo; “It’s ok madame, it’s ok” me dice, y hace un gesto al impresentable que tengo a mi lado para que se aparte. Me giro hacia el maleducado y le clavo una mirada asesina: me hierve la sangre y tengo ganas de pegarle un puñetazo en la cara. Además, debe medir 1,65 y tiene barriga, se me ocurre que no me costaría mucho esfuerzo partirle algún diente y salir corriendo. Empiezo a conversar conmigo misma: “Cálmate Manu, apúntate este momento para la carrera, te vendrá bien”. Los dos se ponen a hablar entre ellos en árabe y se ríen; sacudo la cabeza y me piro. Cuando me pasan estas cosas, enseguida me doy cuenta de que si hubiera nacido en un barrio marginado de alguna cuidad de EEUU, seguramente sería miembro de una banda de delincuentes e iría por la vida pegando pistoletazos a diestro y siniestro con total naturalidad. Sin embargo, tanto yo como los pasajeros de este aeropuerto, hemos tenido bastante más suerte con las circunstancias de mi nacimiento: así que me tocará canalizar todas mis energías en la carrera. “Respira, Manu, respira y no le des más vueltas, en la carrera tendrás tiempo para recordar este momento…”.

De camino al siguiente avión empiezo a ponerme nerviosa. Hace unos días me encontré mal durante un entreno y tuve que parar en seco; llevo casi una semana sin entrenar, me siento muy floja y tengo la sensación de tener fiebre. No me ha bajado la regla y llevo tres días de retraso; estoy hinchada y mareada: algo me pasa. En estos últimos cuatro meses he cambiado de trabajo, método de entrenamiento, mi alimentación: intento convencerme de que, después de todo, es normal que mi cuerpo esté “desorientado”. Sigo conversando conmigo misma: “Todo va bien, Manu, está todo controlado”… y mis piernas son mantequilla.

El viaje se hace muy largo, pero sin incidencias. Llego dos días antes de la carrera, así que tengo poco tiempo para adaptarme a la diferencia de horario (3 horas), a la comida (bajo mi punto de vista, repugnante) y sobre todo a mi principal enemigo: el calor. Intento disfrutar un poco del ambiente, paseo por el Village de Ironman y doy vueltas por los stands de la Expo. Después del check-in de la bici, quiero ver en persona el famosísimo Príncipe de Bahrain, el Sheikh Nasser bin Hamad Al-Khalifa. Estoy segura de que va a estar presente en el evento porque él es el principal promotor; además, también va a competir. Es triatleta empedernido, ha estado en Kona y en su cuenta de Instagram @nasser13hamad publica constantemente sus entrenos y actividades deportivas (además de las actividades con el ejército de su país). Me encantan los hombres seguros de sí mismos y, sobre todo, poderosos. Este tipo reúne todos los requisitos: es el dueño de la franquicia Ironman en todos los Países Árabes, su familia prácticamente posee este país riquísimo y, detalle bastante significativo, ESTÁ TREMENDÍSIMO.

Efectivamente, el Sheikh está por la zona VIP, acaparando completamente la atención de las estrellas del equipo local que han sido invitadas (deduzco que a golpes de talonario) al evento: Jan Frodeno, Daniela Ryf, Javi Noya, Alistair Brownlee se van turnando educadamente para hablar con él; también están Mark Cavendish y Sir Mo Farah, que competirán por relevos. La alegre grupeta está protegida por guardaespaldas y unas vallas que hacen imposible acercarse. Después de un ratito mirando el espectáculo, pierdo el interés.

Son las 17:30, hora local, cuando decido irme a cenar y volver pronto al hotel: sigo encontrándome muy floja, siento que tengo fiebre y muchas ganas de dormir. Como casi siempre a estas alturas de la película, me pregunto qué diablos se me ha perdido aquí y por qué me he apuntado a una carrera en la otra punta del mundo, si sabía que ni siquiera iba a tener tiempo para entrenar la mitad de lo que debería. ¿Qué tal me sentaría si tuviera que retirarme de la carrera por cualquier motivo? Empiezo a imaginarme que se me podrían romper las gafas de natación; o quizás una avería en la bici. Tengo una nueva marca de comida para tomar en la bici…. ¿¿¿Y si me sienta mal??? ¡Ah, también está el calor! ¿Y si en el run me pasa lo mismo que la semana pasada, y no consigo correr? MIL Y UNA COSAS PUEDEN PASAR. Automáticamente, me pregunto si he preparado correctamente todo el material, meto unas gafas y un par de barritas “extra” en la mochila y repaso mentalmente una y otra vez todo lo que hay que hacer en las transiciones. Me acuerdo de Rafa Nadal y de sus tics de loco. Yo soy muy patosa en todo lo que hago, pero antes de una competi me gusta volverme un poco obsesivo-compulsiva, y tener previsto todo lo que puede “ir mal” me ayuda a tranquilizarme. Pero esta vez lo que me preocupa no es el material, sino mi cuerpo.

Justo en la entrada de mi habitación hay una copia del Corán: me río sola pensando que, vista la situación, igual no me vendría mal rezar un poco para mañana. Pase de rezar, y menos por una estúpida carrera. Me acuesto sabiendo que mañana, igual que cualquier otro día, MIL Y UNA COSAS PUEDEN PASAR; incluso que todo vaya bien.

EQUIPO
5 DICIEMBRE, 2019
En Sineu, Mallorca. Sábado 30 de Noviembre de 2019

Si alguien me pide un favor, intento ayudar. Si alguien me hace un favor, me desvivo por devolvérselo con creces… Pero no me considero una persona especialmente agradecida, y menos con las palabras. Sin embargo, las palabras importan, y mucho, así que haré una excepción para ir en contra de mi RANCIA NATURALEZA y darles las gracias a unas personas que lo merecen. La palabra del día es “EQUIPO”: aquí os presento el mío!

-Tere Fullana, TFSwim. “La Profe”. Coach, entrenadora, su principal don es la omnipresencia. Tere… SIEMPRE ESTÁS, aún cuando no estás (😱 eres Dios?!?!?). Hace ya unos añitos que se desató una (pequeña) parte de la locura que hay en mí y tú has vivido conmigo todas mis aventuras y desaventuras deportivas casi desde el principio. Creo que ni tú ni yo olvidaremos momentos como el de mi espectacular tortazo en bici 5 minutos antes del check-in del mundial de Ironman 70.3 en Sudàfrica 🙄… o cuando, a una semana del Mundial en Hawai’i, me presenté en el aeropuerto de Kona con una fractura en el pie. 🤬 El día de la Mallorca 312, cuando me olvidé dónde había aparcado… y después de 312 km en bici tuve que rodar 10 km más en búsqueda del fucking coche 🚙. Por cierto, aprovecho para recordarte que tienes totalmente PROHIBIDO difundir el video de mi primer día de natación!! Pero éstas son meras anécdotas, lo que realmente importa es todo lo que hemos vivido en el día a día a lo largo de estos años.

-Lidia Albújar, Pro-fit. “La Fisio”. Cuida de mis cuadriceps con cariño y sabiduría por partes iguales. Lidia, 🙃 yo no tengo amigos, pero si tuviera… me gustaría considerarte una de ellos 😚

-Sandra Sardina, oficialmente “La nutricionista” pero, para mí, “La Psicóloga”. Sandra, yo SÉ QUE TÚ SABES que no te hago caso y estoy todo el día engullendo lo que me da la gana 😅 pero la labor que estás haciendo conmigo no tiene precio (tú me entiendes 😉).

-Robert Camper “El Gran Hermano”, el que todo lo ve. Entrenador, asesino en serie contratado para un “encargo” puntual, se ocupa del trabajo sucio. Es la new entry del equipo y, en principio, NO venía para quedarse… pero he de reconocer que ya hacía falta un hombre en el gallinero 🤣 Vivan las estadísticas, los gráficos y por encima de todo LOS EXCELs 🙏 Robert, no te vayas! 🙏

En realidad, otro hombre ya ocupa lugar en mi mente hace tiempo: -Albert Parreño, referente dentro y fuera del deporte. Es MUY difícil ser “motivado” y “motivador” a la vez, pero tú eres TOP en las dos cosas, todos los días del año y todas las horas del día. Benditos entrenos de las 7 am…

Una mención especial merece: -El Sr. Xavier Mor, “El Patrocinador”. Y digo “Señor” porque es así, “un Señor” con S mayúscula. Empresario y emprendedor, que no es lo mismo. Gracias por todos los botes de Recovery que me envías a fondo perdido.


Jod**, acabo de darme cuenta que con este equipo podría jugar en primera 😳 Ya puedo apretar el culo 😰🏊🏽‍♀️🚴🏻‍♀️🏃🏻‍♀️

ELLA SABE
20 OCTUBRE, 2019

La llegada del otoño siempre me pone inquieta. Por la mañana he salido en bici y tengo las piernas doloridas, pero a media tarde siento la necesidad de hacer más deporte; para calmarme decido bajar a la playa a nadar un poco. Hay algo de oleaje pero no me importa: a pesar de ser mala nadadora, nunca le he tenido miedo al mar. Ya llevo unos minutos nadando, cuando me acuerdo de que mi papá fue quién me enseñó a nadar, creo que con 4 añitos o así. El pueblo en el que crecí se encuentra lejos del mar, pero a él le gustaba conducir y le encantaba llevar a toda la familia a la playa. Trabajaba de lunes a sábado, pero nuestros domingos de verano transcurrían así: despertador a las 5 am, desayuno rápido, y 3 horas de coche para ir a ver el mar. En cuanto llegábamos, corríamos hacia la orilla y en seguida nos metíamos en el agua. Si hacía mal tiempo, para mí era todavía más divertido porque eso significaba nadar menos y jugar con las olas. En el Mediterráneo, nunca llegan a ser muy altas pero para una niña pequeña, olas de 1 o 2 metros pueden parecer enormes. Me chiflaba tirarme de cabeza: bajo las indicaciones de mi maestro, estaba aprendiendo a esperar el momento preciso para tirarme en medio de la ola antes de que se rompiera en la orilla. Ya sabía quedarme debajo del agua el tiempo necesario para dejarla pasar, y sacar la cabeza a tiempo para afrontar la siguiente; y repetir. Todo aquello debía de resultarle extraño a los demás bañistas adultos, muchos de los cuales no se atrevían siquiera a tocar el agua en esas condiciones. Recuerdo como si fuera ayer, aquel día en que una señora se acercó a mi padre y le dijo que estaba loco por dejar que me metiera en el agua. Él, totalmente tranquilo, le contestó: “No pasa nada, ELLA SABE exactamente lo que tiene que hacer. Y en cualquier caso, yo estoy aquí”. Me quedé parada, supongo que desorientada al oir esa conversación. Pero enseguida llegó su señal: era el momento de coger carrerilla y tirarse una vez más. Sin dudar, sin sentir miedo…
La llegada del otoño me ponía triste, no por la vuelta al cole ni por el frío, sino porque para mí se acababan los domingos en la playa. Ha pasado otro año y una vez más, llega el otoño. Él ya no está y yo… no tengo la mínima idea de lo que tengo que hacer.

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